Marín ha recordado que “el buen funcionamiento de la Justicia debe ser un asunto de Estado, (…) que debería estar por encima de los intereses partidistas”. Aquella dimisión, derivada de la “falta de impulso o de voluntad de los actores políticos para impedir el gravísimo daño provocado al justiciable, pasará a la historia como uno de los episodios más tristes de nuestra historia constitucional”, ha sostenido.
«Verás maltratados los inocentes, perdonados los culpados, menospreciados los buenos, honrados y sublimados los malos; verás los pobres y humildes abatidos y poder más en todos los negocios el favor que la virtud». Fray Luís de Granada.