Difuntos versus Halloween
Publicado: Lun 31 Oct 2011 11:08 pm
También podría haberlo llamado la invasión cultural.
Cuando yo era niño, ha muchos años, vivía en un pueblo y recuerdo que en el tándem Día de los Santos/Idem de los difuntos, durante la tarde del primero el cura se hinchaba de decir responsos en el cementerio y por la noche, los niños atrevidos, tras ir pidiendo castañas y nueces, en la torre de la iglesia hacíamos fuego, nos comiamos las nueces y castañas y tocábamos las campanas, doblando por los muertos. En la tele, donde sólo existía TVE, la mejor de España, te atizaban Don Juan Tenorio en múltiples versiones. Aquello era un tostonazo y comprendo que tuviera que evolucionar. Supongo que ya no habrá ni críos en los pueblos para tocar las campanas, y comparar a Don Juan Tenorio con Jorge Javier Vázquez o Campuzano, creo que estaría clara la tendencia de la audiencia.
Pero eso no es lo que me sorprende. Que nuestra costumbre entonces tan arraigada se desvaneciera, lo entiendo, pero que haya sido para que ocupe el puesto unos niños, vestidos de esperpénticos payasos, con pintura roja en la comisuras de los labios, haciendo el gilipollas y diciendo “truco o trato”, que de seguro no tienen ni pajolera idea que su origen es la burla que los protestantes hacían a los católicos, cuando éstos eran perseguidos, (puesto así deberíamos haber buscado cualquier fecha en los que la inquisición, la nuestra, hizo alguna de sus muchas barrbasadas), y que en la parrilla de televisión hoy se encuentren cuatro películas de Halloween, dos de Viernes 13, una de Matanza de Texas y otra de La noche de los muertos vivientes (esto lo perdono), es que se me llevan los demonios, porque no tienen bastante con habernos “metido” el perrito caliente, con coca cola, sino que encima nos meten unas tradiciones que poco o nada tienen que ver con nosotros.
En el fondo, casi todo es dinero: esta fiesta la han traido y protegido los grandes almacenes y las discotecas, que han encontrado un chollo para endosarnos disfraces y whisky de garrafón, que lo de los responsos de la tarde no dejaba dinero, salvo para el cura, claro. ¡Ah!, pero seguimos con la costumbre de flores para nuestros muertos, que eso mueve mucho dinero.
No tengo nada en contra de las ideas y costumbres del extranjero, si vienen de la mano de intelectuales, como, en tiempos, de Fernández de Moratín y otros afrancesados, pero las que sólo son por dinero y borreguismo, como que no.
En fin, esta mañana tuve un día tranquilo en el Juzgado y en esta tarde “de miedo” tenia ganas de tomar un café.
¿Hay alguien que me acompañe?.
Cuando yo era niño, ha muchos años, vivía en un pueblo y recuerdo que en el tándem Día de los Santos/Idem de los difuntos, durante la tarde del primero el cura se hinchaba de decir responsos en el cementerio y por la noche, los niños atrevidos, tras ir pidiendo castañas y nueces, en la torre de la iglesia hacíamos fuego, nos comiamos las nueces y castañas y tocábamos las campanas, doblando por los muertos. En la tele, donde sólo existía TVE, la mejor de España, te atizaban Don Juan Tenorio en múltiples versiones. Aquello era un tostonazo y comprendo que tuviera que evolucionar. Supongo que ya no habrá ni críos en los pueblos para tocar las campanas, y comparar a Don Juan Tenorio con Jorge Javier Vázquez o Campuzano, creo que estaría clara la tendencia de la audiencia.
Pero eso no es lo que me sorprende. Que nuestra costumbre entonces tan arraigada se desvaneciera, lo entiendo, pero que haya sido para que ocupe el puesto unos niños, vestidos de esperpénticos payasos, con pintura roja en la comisuras de los labios, haciendo el gilipollas y diciendo “truco o trato”, que de seguro no tienen ni pajolera idea que su origen es la burla que los protestantes hacían a los católicos, cuando éstos eran perseguidos, (puesto así deberíamos haber buscado cualquier fecha en los que la inquisición, la nuestra, hizo alguna de sus muchas barrbasadas), y que en la parrilla de televisión hoy se encuentren cuatro películas de Halloween, dos de Viernes 13, una de Matanza de Texas y otra de La noche de los muertos vivientes (esto lo perdono), es que se me llevan los demonios, porque no tienen bastante con habernos “metido” el perrito caliente, con coca cola, sino que encima nos meten unas tradiciones que poco o nada tienen que ver con nosotros.
En el fondo, casi todo es dinero: esta fiesta la han traido y protegido los grandes almacenes y las discotecas, que han encontrado un chollo para endosarnos disfraces y whisky de garrafón, que lo de los responsos de la tarde no dejaba dinero, salvo para el cura, claro. ¡Ah!, pero seguimos con la costumbre de flores para nuestros muertos, que eso mueve mucho dinero.
No tengo nada en contra de las ideas y costumbres del extranjero, si vienen de la mano de intelectuales, como, en tiempos, de Fernández de Moratín y otros afrancesados, pero las que sólo son por dinero y borreguismo, como que no.
En fin, esta mañana tuve un día tranquilo en el Juzgado y en esta tarde “de miedo” tenia ganas de tomar un café.
¿Hay alguien que me acompañe?.