por PacodeVitoria » Jue 25 Mar 2004 3:59 am
Hola a todos/as. Soy un lector ?silencioso? del foro (que diría Carlos Valiña) desde hace algún tiempo (antes incluso del formato actual). En esta mi primera intervención, me gustaría exponer lo siguiente:
Soy uno de los cientos de aprobados del turno libre de Oficiales de Justicia (ahora, Gestores Procesales y Administrativos), convocatoria de abril de 2002 que, a fecha de hoy y al igual que los aprobados Auxiliares (ahora, Tramitadores), seguimos pendientes de que el Ministerio de Justicia tenga a bien ofrecernos los destinos que con tanto esfuerzo ganamos. El último examen lo hicimos en marzo de 2003, las notas definitivas no aparecieron hasta medio año después (BOE de 3 de octubre)... El estupor, la frustración y la indignación se alternan ante la exasperante lentitud, el absurdo de la situación y la indolencia que parecen imperar en un Ministerio más propio del s. XIX que del actual (vuelva usted mañana... o mejor, el mes que viene). Al parecer, nos ofrecerán las plazas cuando se resuelva el concurso de traslado nacional, convocado en noviembre del año pasado, evento dichoso para el que se baraja nada menos que junio... por lo que las previsiones más optimistas sobre nuestra incorporación hablan de septiembre o, incluso, ¡enero de 2005!
Quiero denunciar que, con esta situación, el Ministerio está dilapidando a manos llenas un capital humano e intelectual de cientos de personas que demostraron adecuadamente sus conocimientos (no nos incorpora; mientras, siguen abriéndose bolsas de interinos). Para él, al igual que para los sindicatos, simplemente no existimos: no somos legalmente funcionarios, no somos trabajadores potenciales afiliados... Esta situación dificulta embarcarse en nuevos estudios, en trabajos dignos, etc.; no nos dejamos el culo estudiando (permítaseme la expresión) para ser ahora, entre otras cosas, pasto de contratos basura hasta que el Ministerio, graciosamente, nos incorpore. Es frecuente que, fuera de nuestro entorno más cercano, la gente piense que realmente suspendimos y que seguimos estudiando a hurtadillas (es una experiencia contrastada); también a muchos sorprende el hecho de tener que examinarse empleando máquinas de escribir... Al parecer, la resolución en tiempo razonable de un concurso de traslado (aunque sea a resultas), en el siglo XXI y en la era de los ordenadores, le parece a nuestro Ministerio tarea de cíclopes, equiparable a la construcción de Machu Pichu o de El Escorial...
Espero que mi intervención no se interprete como impertinente o como una intromisión, sino como, aparte de una denuncia exponiendo la situación de cientos de personas, como un desahogo terapéutico (hemos enviado quejas al Defensor del Pueblo, al Ministerio, cartas a periódicos, televisiones... sin resultado alguno, por supuesto). Creo que, al menos, nos queda el derecho al pataleo.
En este foro he encontrado elementos ?realistas? de la práctica diaria con los que complementar una teoría que, con el paso del tiempo, se escurre de mi cabeza (tendré que repasar cuando me incorpore; lo digo medio en serio medio en broma). Aprecio especialmente los comentarios lúcidos (y lúdicos) de Carlos Valiñas, acerca de las consecuencias que trae la reforma de la LOPJ (¿?pax romana? por la jerarquización y por las taifas de poder?).
Un saludo a los foristas, y gracias por la paciencia de leerme.
Hola a todos/as. Soy un lector ?silencioso? del foro (que diría Carlos Valiña) desde hace algún tiempo (antes incluso del formato actual). En esta mi primera intervención, me gustaría exponer lo siguiente:
Soy uno de los cientos de aprobados del turno libre de Oficiales de Justicia (ahora, Gestores Procesales y Administrativos), convocatoria de abril de 2002 que, a fecha de hoy y al igual que los aprobados Auxiliares (ahora, Tramitadores), seguimos pendientes de que el Ministerio de Justicia tenga a bien ofrecernos los destinos que con tanto esfuerzo ganamos. El último examen lo hicimos en marzo de 2003, las notas definitivas no aparecieron hasta medio año después (BOE de 3 de octubre)... El estupor, la frustración y la indignación se alternan ante la exasperante lentitud, el absurdo de la situación y la indolencia que parecen imperar en un Ministerio más propio del s. XIX que del actual (vuelva usted mañana... o mejor, el mes que viene). Al parecer, nos ofrecerán las plazas cuando se resuelva el concurso de traslado nacional, convocado en noviembre del año pasado, evento dichoso para el que se baraja nada menos que junio... por lo que las previsiones más optimistas sobre nuestra incorporación hablan de septiembre o, incluso, ¡enero de 2005!
Quiero denunciar que, con esta situación, el Ministerio está dilapidando a manos llenas un capital humano e intelectual de cientos de personas que demostraron adecuadamente sus conocimientos (no nos incorpora; mientras, siguen abriéndose bolsas de interinos). Para él, al igual que para los sindicatos, simplemente no existimos: no somos legalmente funcionarios, no somos trabajadores potenciales afiliados... Esta situación dificulta embarcarse en nuevos estudios, en trabajos dignos, etc.; no nos dejamos el culo estudiando (permítaseme la expresión) para ser ahora, entre otras cosas, pasto de contratos basura hasta que el Ministerio, graciosamente, nos incorpore. Es frecuente que, fuera de nuestro entorno más cercano, la gente piense que realmente suspendimos y que seguimos estudiando a hurtadillas (es una experiencia contrastada); también a muchos sorprende el hecho de tener que examinarse empleando máquinas de escribir... Al parecer, la resolución en tiempo razonable de un concurso de traslado (aunque sea a resultas), en el siglo XXI y en la era de los ordenadores, le parece a nuestro Ministerio tarea de cíclopes, equiparable a la construcción de Machu Pichu o de El Escorial...
Espero que mi intervención no se interprete como impertinente o como una intromisión, sino como, aparte de una denuncia exponiendo la situación de cientos de personas, como un desahogo terapéutico (hemos enviado quejas al Defensor del Pueblo, al Ministerio, cartas a periódicos, televisiones... sin resultado alguno, por supuesto). Creo que, al menos, nos queda el derecho al pataleo.
En este foro he encontrado elementos ?realistas? de la práctica diaria con los que complementar una teoría que, con el paso del tiempo, se escurre de mi cabeza (tendré que repasar cuando me incorpore; lo digo medio en serio medio en broma). Aprecio especialmente los comentarios lúcidos (y lúdicos) de Carlos Valiñas, acerca de las consecuencias que trae la reforma de la LOPJ (¿?pax romana? por la jerarquización y por las taifas de poder?).
Un saludo a los foristas, y gracias por la paciencia de leerme.