Tras un tiempo prudencial no parece haber argumentos, vaya.Secretario J. escribió:Hola compañero ¿podrías hacer el favor de explicar los argumentos que te llevan a reafirmar que la única salida que podamos tener como cuerpo es la extinción?.SolitaryMan escribió:Este tipo de cosas son las que hacen reafirmarme en que la única salida que tiene este Cuerpo moribundo es el de la extinción.
Gracias.
Pregunto respetuosamente a la compañera si ese mismo apoyo que cuestiona si se dió por nuestros superiores, de hecho y no de palabra (o ni siquiera de palabra), es el que se brinda de su parte y, en ese caso, pediría que me indicase, de tenerlo a bien, a través de qué hechos concretos se materializa o materializaría, más que nada para que nadie entienda que cuando sucede algo así en realidad se está ofreciendo ayuda o solidaridad porque sale gratis y porque no compromete escribir.Top Secre escribió:Así que reitero mi apoyo a la compañera y me dan igual las sombras.
Y me pregunto ¿recibió algún apoyo no de palabra, sino de hecho de su SC, SG, Asociaciones etc.?
Esa también es la pregunta.
Espero que no se me malinterprete por lo que voy a decir. Creo con honestidad que la mayoría de intervinientes que han mostrado aquí su parecer no han pasado una experiencia de la magnitud ni de la profundidad emocional de la que se nos narra en la sentencia que inicia el hilo, y en ello se encuentra justamente la principal razón de que se viertan con la inmoderada adhesión virtual con que se vierten algunas respuestas, sobre todo al principio. Es verdad que se han relajado con el transcurso de los días, consecuencia de la prudencia que, sabiamente, se viene a recomendar en intervenciones de personas más bregadas algunas en confrontaciones de este tipo, que no se sospecha lo crudas que pueden llegar a ser, para ambas partes, hasta que se viven en carne propia, por más que la imaginación se esfuerce.
Si me gustaría llamar la atención sobre el hecho de que utilizar la palabra "sombra" en referencia a la totalidad de los hechos, o más bien de los actos particulares, que hayan podido acaecer no debería constituir -como se comprueba que suscita según varias respuestas que el tiempo y la reflexión entibiará- motivo de sospecha ni reproche acerca de la posible integridad corporativa -entendida como compañerismo lícito- de quienes, porque precisamente viven con cierta regularidad este tipo de conflictos, conocen los parámetros en que se dilucidan diferencias de criterio llamadas a ser también objeto de apreciación pormenorizada por operadores jurídicos tan capacitados como nosotros. Es la consideración a la autoridad -como intérpretes de hechos y luego de normas- de quienes se hallan llamados a dirimir tales diferencias la que aconseja moverse por encima de legítimos y naturales sentimentalismos -sin que ello impida su vigencia de manera oficiosa, dijéramos "entre bambalinas"-, consideración que no puede adquirirse sino tras la experiencia.
Pero yendo más allá, haciendo una interpretación de la palabra "corporativismo", si dejamos aparte ahora la connotación negativa que se le da por cuanto implica literalmente la "tendencia abusiva" al ejercicio de una determinada defensa, y como he escrito arriba, no es comprensible -lo sabemos- pretender una aplicación equitativa del derecho acorde a la norma mediante la ligereza de incurrir en un abuso (cuando además se parte de una posición de cierta inferioridad, en algunos aspectos, como la que tantas veces se proclama aquí).
En realidad el problema de fondo se presta a mayor desarrollo, igual que el problema de la situación del colectivo, situación por cierto sobre la que no dejan de tener gran responsabilidad quienes ocupan la cúspide de la oficialidad de nuestro cuerpo y de la que naturalmente -y para no incurrir por mi parte en una simpleza- no se libra el colectivo con sus miembros, cuando con reiteración se es advertido del porvenir y se opta, una vez y otra, por la distracción y el entretenimiento en cuestiones -muy- menores, de las que, con el mayor respeto, una mera ojeada al índice de hilos abiertos da cuenta, sin perjuicio de que a ello haya de estarse si el sistema establecido -en esto como en todo- tiende al inmovilismo mediante la permanenecia de lo estatuido por falta de voluntad real para su cambio.
Aprovecho para indicar que estoy en la relación aquí contenida, y me gustaría que alguien más se nos uniera para acabar definitivamente con estas situaciones.
http://crsam.blogspot.com.es/
Un saludo.