ASI VA EL TEMIDO(por si nos transfieren) ESTATUT

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ASI VA EL TEMIDO(por si nos transfieren) ESTATUT

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El PSOE da oxígeno al Estatut, pero la cohesión del cuatripartito estalla

• La cumbre acaba con avances en temas secundarios que satisfacen sólo al tripartito





Incontinencia negociadora

El PP protesta por su "exclusión" del encuentro del Parlament

Medio paso al frente

Esperando a Solbes






CARLES COLS

Con concesiones en los capítulos menos polémicos y con la fotografía de los socialistas Alfredo Pérez Rubalcaba y Francisco Caamaño negociando a cinco bandas en la sede del Parlament, el PSOE logró contrarrestar ayer el demoledor impacto que supuso la presentación de sus enmiendas al proyecto de Estatut el pasado martes y que, al menos sobre el papel, le habían acercado más al PP que al cuatripartito. La primera cumbre multilateral ya es historia. Pero hubo ayer un daño colateral fuera de guión. Iniciativa y ERC chocaron frontalmen-
te con CiU después de que los dos primeros constataran el deseo de Unió de mutilar parte del Título Primero del Estatut, referido a los controvertidos derechos y deberes de los catalanes.
El PSOE más que nadie necesitaba demostrar que, aunque durante 15 días no se moviera, la negociación del Estatut mantiene las constantes vitales. Le urgía refrendar que su voluntad no es, aunque las enmiendas inviten a pensarlo, matar al paciente. La delegación de CiU (Francesc Homs, Josep Sánchez Llibre y Ramon Camp) acudió a cara de perro. Entre cuatro, su protagonismo se diluye. A menudo sus dirigentes se ven obligados a recordar que están en la oposición y que, consecuentemente, necesitan subrayar su papel. El tripartito, por último, fue a la cita feliz por el fin de las estériles reuniones bilaterales.

Ofertas de segundo orden
En la cartera, Rubalcaba, portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, no llevaba ni financiación, ni un remedio para el conflicto del término nación ni un listado de futuras competencias a transferir (es decir, los tres puzles de más difícil solución), pero sí un abanico de ofertas de segundo orden que, todas juntas, proporcionaban una imagen de que el PSOE se mueve. Eran concesiones en materia de derechos lingüísticos, de protocolo institucional y de orden territorial, por ejemplo.
Rubalcaba logró también un consenso en la definición de las competencias exclusivas y una aproximación en la de las compartidas. Puede parecer un bizantino debate semántico, pero buena parte de las disputas que durante años han enfrentado a la Generalitat con el Gobierno central radican precisamente en la diferente interpretación que una y otra administración han hecho del Estatut de 1979.
En cierto modo, la reunión se ajustaba a lo previsto. Un incidente a puerta cerrada, sin embargo, dio un giro a la situación.
El democristiano Sánchez Llibre cometió una imprudencia. Homs, su colega de federación, se resistía a debatir el capítulo de derechos y deberes con el argumento de que CiU no lo votó en el Parlament y, en buena lógica, sólo podría suscribirlo ahora si supiera ya cómo quedarán la financiación y las competencias. Se negaba, en resumen, a dar un anticipo. A Sánchez Llibre le debió parecer demasiado comedido. "Como ya os dijimos --expuso mirando a la delegación del PSOE e, imprudentemente, revelando un secreto de una de las pasadas reuniones bilaterales-- querríamos que se suprimieran los artículos..."
La agilidad de Camp y Homs evitó males mayores, pero algunos de los presentes tuvieron tiempo de anotar que Sánchez Llibre reclamaba al PSOE la eliminación de los artículos 20, 21 y 41, como mínimo. Unió interpreta que el artículo 20 abre la puerta a una futura ley de la eutanasia. El 21 proclama la laicidad de la enseñanza pública. El 41, por último, reivindica el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y así, interpreta Unió, el aborto se cuela en el Estatut.
El incidente, terminada la reunión, desencadenó un agrio choque entre ICV-EUiA, ERC y CiU. "Esto es una traición al Parlament de Catalunya", denunció el vicepresidente de Iniciativa Jaume Bosch. Si el capítulo de derechos y deberes es objeto de una operación de descafeinado, ICV-EUiA no apoyará el Estatut.
"CiU ha roto la cohesión" del cuatripartito, protestó el portavoz parlamentario de Esquerra, Joan Ridao.
El contrataque de CiU fue muy agrio. Sánchez Llibre trató de negar la acusación, pero en el fondo la confirmó. "No nos tragaremos el sapo de que el PSOE pueda suprimir artículos de financiación y competencias y no se toque nada de derechos y deberes", afirmó. Indignado, acusó a Bosch y Ridao de practicar "filibusterismo político".
Homs también participó en la refriega. Primero calificó la cumbre de operación de "márketing y maquillaje". Después la tachó de intento de "subasta". Al final, no obstante, recurrió al manual convergente para casos de crisis: atacó a Esquerra. Apeló a la "dignidad" de los republicanos para que abandonen su "actitud sumisa ante el partido socialista".

Desconfianza en el PSOE
Se gastó mucha munición para una cuestión que sólo ha sido enmendada por el PP y en la que, por lo tanto, CiU no tiene aritméticamente vías para salirse con la suya. ¿Es así? El modo en que Sánchez Llibre recordó a la delegación del PSOE lo hablado en las reuniones bilaterales encendió las alarmas en algunos integrantes de la delegación del tripartito. Éstos temen que el PSOE trate de arrastrar al PP a la negociación del Estatut tentándole con aprobar alguna de sus enmiendas, precisamente las referidas a la laicidad de la escuela, la supuesta eutanasia y el aborto. El líder del PP catalán, Josep Piqué, tal vez no en vano, ayer las destacó.

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